Realizar una cosecha eficiente es esencial para que los rendimientos esperados en maíz se transformen en realidad. Los híbridos DEKALB mostraron todo su potencial en esta campaña, así que es bueno seguir algunos consejos claves para cosechar todo los kilos y que nada quede en el camino.
De acuerdo con Santiago Tourn, el experto de Unidad Integrada Balcarce (FCA-INTA), la eficiencia comienza antes de entrar a cosechar.
Hay que pensar en buscar transitabilidad y la mejor flotabilidad posible. Para eso se deben equipar las cosechadoras con neumáticos duales o radiales, y los tractores y las tolvas con neumáticos que permitan distribuir el peso en una superficie más grande. Tourn destaca la limpieza de la máquina con el objetivo de evitar la diseminación de malezas por haber cosechado anteriormente un lote con fuerte presencia de ellas.
“Es muy común encontrar en las máquinas semillas de malezas, aun con una limpieza básica. Se debe hacer una limpieza más profunda, por ejemplo, sacar las tapas de los sinfines del rotor para poder eliminar las más chicas. Con ello se puede disminuir al mínimo la dispersión de malezas”, indica el especialista.
La regulación del cabezal maicero es clave para poder lograr una cosecha eficiente de todos los híbridos.
Los rolos deben estar en buen estado y su velocidad debe regularse de acuerdo con la velocidad de avance de la máquina, de manera que la espiga salga de la planta en la zona que está entre el medio y tres cuartos de las chapas cubre rolos. Esto evita que las espigas se frenen y caigan de la plataforma o que las plantas ingresen a la máquina.
“Si metemos espiga y planta en la máquina, las pérdidas están aseguradas. Simplemente por incrementar en medio kilómetro la velocidad de avance y espigar muy detrás (si las plantas entran con las espigas), podemos pasar de 80 o 100 kilos a 500 kilos de pérdidas”, indica el técnico.
La altura del cabezal también es importante, ya que los productores pretenden que la máquina vaya lo más bajo posible para que no quede mucha cantidad de plantas en el campo y después poder sembrar más fácilmente.
En cuanto al ángulo del cabezal, entre 15 y 20 grados es ideal para lograr un buen espigue y que no se caigan las espigas por delante. “Si tenemos un maíz que está en buen estado, podemos hacer la regulación de la velocidad de los rolos, la altura del cabezal y el ángulo. En cambio, en un maíz en etapa más tardía, con plantas volcadas, el cabezal tendrá que ir abajo y la única regulación que podremos hacer es la regulación del rolo en función de la velocidad de cosecha”, explica Tourn.
Otro ítem importante es tener en buen estado los desparramadores de material, para que la distribución de los residuos se haga de manera pareja. “Aunque cuando hacemos una buena cosecha solamente se desparrama chala y marlo, si eso se acumula en una sola parte del lote podría llegar a complicar la siembra y el manejo de los cultivos siguientes. Eso también forma parte de la eficiencia”, agrega.
El maíz tiene una gran campaña por delante y los híbridos DEKALB están mostrando excelentes rendimientos. Ahora es el momento de hacer los ajustes necesarios para no perder valiosos kilos en el momento de la cosecha.
Fuente: Dekalb