Con la fertilización, el maíz ya apunta a nuevas fronteras de rendimiento

El maíz puede seguir creciendo en productividad a través de distintos factores. Uno de los más importantes es el de la eficiencia en el uso del nitrógeno. Para avanzar en esa cuestión estratégica, dos empresas claves del sector, como Bunge Argentina S.A y Bayer Crop Science, unieron esfuerzos durante la campaña 2020-21.

“Estamos convencidos de que hay una gran oportunidad de mejora si armonizamos densidad, fertilización balanceada y manejo del nitrógeno teniendo en cuenta información de cada sitio del lote”, expresó Manuel Areco, responsable de Portfolio de Maíz de Bayer.

Para demostrarlo se están llevando a cabo interesantes trabajos en una red de ensayos en campos de productores de la Pampa Húmeda.

“Estamos poniendo mucho foco en el manejo del nitrógeno, no solo en la dosis, sino también en el momento de la última aplicación, acercándola lo más posible a la floración. Esto es muy importante porque la genética actual cambió la curva de absorción de este nutriente, estirándola a lo largo de todo el ciclo”, explicó el Dr. Nahuel Peralta, líder de Modelos Agronómicos de Maíz de Bayer.

El experto explicó que en la red de ensayos cada sitio va a tener una lectura de índice de verde antes de tomar la decisión de ajustar la fertilización con aplicaciones en 6 hojas. De esta forma, indicó que se logrará una prescripción sitio específica, que generará un aumento en la eficiencia del nitrógeno aplicado.

En esa línea, Jorge Bassi, gerente de Márketing y Desarrollo de Bunge, sostuvo que “el aumento de eficiencia tiene dos caras: la más cercana es la eficiencia económica, pero también tiene un impacto muy destacable en el cuidado del ambiente”.

Por su parte, Matías Saks, Coordinador Técnico de Bunge, informó que antes de la siembra de los lotes se realizaron capacitaciones para más de 120 técnicos y asesores agronómicos, en las que se profundizó en tres ejes fundamentales del proyecto. Primero, el análisis de la interacción entre un “ambiente productivo homogéneo, la nutrición balanceada y el manejo del nitrógeno”. Luego, indicó que se hizo “un repaso de los nutrientes que pueden limitar la producción, como nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y zinc”. Y, finalmente, precisó que se analizaron “las diferentes fuentes de fertilizantes que pueden proveerlos”.

Con respecto al primer punto (lograr un ambiente productivo homogéneo para el maíz), el objetivo debe ser maximizar la captura y un uso eficiente de radiación, agua y nitrógeno, para lo cual es de suma importancia la selección del genotipo y la definición de la densidad, precisó.

Para lograr esos objetivos, Peralta indicó que es clave el uso de herramientas digitales y modelos agronómicos, que permiten identificar y gestionar las mejores prácticas de manejo para que el nitrógeno ayude a que los híbridos de maíz expresen todo su potencial.

05/02/2021
Fuente: Dekalb Argentina

Por qué este año conviene el maíz tardío

¿Es 2020 un gran año para sembrar maíz tardío? Por varios motivos, parecería que sí. Factores como el aumento de la demanda por parte de China y una merma en los stocks esperados en Estados Unidos, sumado a un menor nivel de precipitaciones previsto que generan volatilidad e impulsan los precios hacia arriba, convierten a este cultivo en una excelente opción de inversión para la campaña actual. De hecho, se estima que más del 50% de las hectáreas planificadas para la campaña de maíz se sembrarán en planteos tardíos.

«Si hacemos un comparativo rápido del margen neto del productor de este año contra el año pasado, el maíz tardío está un 15% arriba, con más de 400 dólares por hectárea en promedio, es decir, bastante por encima del margen de la soja. Creemos que como planteo de inversión para el productor hoy es muy interesante», describe Manuel Areco, responsable de Portafolio DEKALB para Bayer Cono Sur.

Las buenas perspectivas del maíz tardío obligan al productor que piense en él a considerar varias cuestiones. La elección de genotipos que se adapten a ambientes restrictivos o de menor potencial, con alta estabilidad y capacidad de mantener niveles de rindes se vuelve clave. Y para ello conviene repasar algunas de las particularidades de este cultivo.

Claves para sembrar maíz tardío

El primer detalle a tener en cuenta a la hora de saber qué se puede esperar de este cultivo es que las siembras tardías en muchos casos tienen techos más bajos de rendimiento que las siembras tempranas, pero pisos también un poco más altos. Esto sucede especialmente en aquellas zonas climáticamente desafiantes, donde el productor trata de hacer coincidir el período crítico del cultivo con una menor probabilidad de estrés hídrico.

«El quebrado o el perfil agronómico de los híbridos, el ciclo o su madurez relativa y el perfil sanitario (principalmente la performance a Mal de Río Cuarto y tizón foliar) son otras de las cuestiones a las que hay que prestar atención en este tipo de planteos productivos de siembras tardías», comenta Areco.

La estabilidad de un híbrido frente a condiciones ambientales adversas va ser clave para asegurar el rendimiento del cultivo. Por eso, la selección de los germoplasmas que se adapten mejor a esas situaciones es la que hace la diferencia a la hora de elegir. En cuanto al quebrado, en fechas tardías el impacto suele magnificarse, por lo que se vuelve una característica también muy relevante. Aquí la performance de los genotipos es muy variable: muchos productores bajan la densidad y resignan rendimiento para mejorar esta característica, pero en realidad la forma más efectiva de manejarlo es a través de la elección de la genética.

Manuel Areco, responsable de Portafolio DEKALB para Bayer Cono Sur.

En cuanto al perfil sanitario, hoy las principales amenazas de los maíces de fecha tardía son el tizón foliar y el Mal de Río Cuarto. La primera se despliega consistentemente en la zona norte de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y, en menor medida, en el NEA. Un punto fundamental dentro de las estrategias de manejo para esta enfermedad es conocer el comportamiento diferencial de cada genotipo, ya que hay una amplia variabilidad en cuanto a la performance y tolerancia a esta enfermedad por parte de los diferentes híbridos del mercado. El Mal de Río Cuarto, por su parte, tiene una zona endémica que abarca todo lo que es el sur de Córdoba, San Luis, La Pampa y el oeste de Buenos Aires. «La única práctica de efectividad comprobada para controlarlo es la elección de híbridos con un alto grado de tolerancia, no hay otro manejo adecuado», dice Areco. 

DK73-30: la gran novedad en maíz para Tardío

Por todas estas características, la elección del híbrido en el maíz tardío cobra gran relevancia, en especial este año. «Generalmente lo que pasa con el cultivo de maíz es que cuando llueve mucho y el año es bueno, todos los genotipos del mercado andan bien. Ahora, cuando el año quizás tiene una oferta climática más restrictiva aparece este concepto de estabilidad donde muchos híbridos se caen en términos de rendimiento y solo algunos logran sostenerlo», señala Areco.

Una de las grandes novedades de DEKALB para esta campaña es el híbrido DK73-30, que combina todos los atributos necesarios para maíces de siembra tardía en la zona templada de argentina: estabilidad en ambientes restrictivos junto a un excelente perfil agronómico y sanitario. «Es un híbrido que realmente se destaca en ambientes de mediano potencial con una muy buena performance y viene acompañado de un perfil sanitario y agronómico realmente muy competitivo. Tiene altísima tolerancia a Mal de Río Cuarto y tizón, y en cuanto a quebrado y vuelco también es de lo mejor que hay en el mercado», especifica el responsable de Portafolio DEKALB para Bayer Cono Sur. Completan la paleta de maíz el híbrido DK7210, el más sembrado del mercado en las últimas cuatro campañas, y DK7227, un hibrido muy versátil con una alta capacidad de fijar granos y asegurar rendimiento en planteos productivos bien restrictivos.

La propuesta de DEKALB se complementa con las garantías de resiembra CULTIVAR y CULTIVAR PLUS, que ofrecen beneficios únicos para cubrirse ante contingencias climáticas como granizo, encharcamiento o heladas. El programa CULTIVAR garantiza la reposición de bolsas para la resiembra y CULTIVAR PLUS suma además 150 dólares por hectárea para costear los restantes gastos de resiembra.

«Nuestra marca tiene una propuesta integral muy competitiva, que viene de la mano de la genética, de nuestras recomendaciones de prácticas agronómicas basadas en datos, y especificas por hibrido y ambiente para maximizar el potencial de los productos y por último, una garantía de resiembra que le permite al productor asegurar la inversión frente a cualquier contingencia climática», concluye Manuel Areco.

Fuente: La Nación – Fecha: 16/11/2020