Cuando un híbrido de maíz Dekalb llega al mercado es porque ha pasado por múltiples etapas de pruebas a campo. Además, lo hace acompañado de una serie precisa de recomendaciones agronómicas que le permiten al productor apuntar a obtener el máximo potencial de rendimiento.
Una vez que se ha decidido el lanzamiento de un híbrido, los equipos de Breeding y de Desarrollo testean su comportamiento en todo el país. “Realizamos ensayos en alrededor de 200 localidades de las regiones de producción de maíz de la Argentina. Lo hacemos en franjas, con la tecnología de manejo que utiliza el productor. De esa manera testeamos 600 ambientes por año en todo el país, midiendo rendimiento y competitividad con respecto a otros híbridos del mercado”, explica Javier Di Matteo, Líder de Prácticas Agronómicas de Dekalb.
Por otro lado, se realizan ensayos más controlados en microparcelas con tecnología propia de la compañía. “En ellas evaluamos cuestiones específicas como el impacto en el rendimiento de temas como densidad de plantas y fertilización nitrogenada, por ejemplo”, agrega Di Matteo.
En este caso realizamos 50 ensayos con tecnología de punta en distintas regiones del país, en los cuales se comparan siembras con fechas temprana y tardía, cada uno con 6 niveles de nitrógeno, 6 densidades diferentes y, a la vez, 4 repeticiones en cada caso. “También medimos variables como vuelco y quebrado, porque al aumentar la densidad se incrementa la probabilidad de que puedan ocurrir estos efectos”, analiza el especialista.
A partir del análisis de todos esos datos, se elaboran las recomendaciones agronómicas que le permiten al productor apuntar a obtener el máximo potencial de rendimiento.
Además del factor de densidad de siembra según el ambiente, en el que vienen trabajando hace muchos años, Di Matteo hace hincapié en la cuestión del nitrógeno. “Empezamos a trabajar con este elemento porque vimos que tiene una interacción muy fuerte con la densidad. Si hay más o menos nitrógeno, la curva de densidad cambia y la recomendación de manejo es distinta”, manifestó.
Todas las evaluaciones que hace la marca demuestran que implementar las recomendaciones agronómicas de Dekalb tiene un impacto muy positivo en los rendimientos. “Pueden aumentar un 8% en promedio con respecto a otro tipo de manejo estándar. Es difícil prever cómo puede comportarse el clima en una campaña, pero hemos visto que en años climáticamente malos el aumento de rendimiento puede ser del 4% y en años buenos del 12%”, detalló.
Además de los ensayos de franjas y en microparcelas, Dekalb tiene acuerdos con instituciones como el INTA y reconocidas universidades, con cuyos científicos se analizan cuestiones como el comportamiento fisiológico de los híbridos, por ejemplo. Uno de esos acuerdos permite trabajar con la especialista María Elena Otegui, del INTA Pergamino, en el análisis de la tasa de secado de los granos.
Este tema es muy importante porque una tasa de secado rápida permite que los híbridos lleguen antes a la humedad ideal de cosecha y en muchos casos se evitan así tener que pagar secada u otro tipo de penalidades en los destinos de entrega. “En ambientes en los que se siembran materiales en fechas tardías y se necesita cosechar lo antes posible para liberar al lote, tener híbridos con alta tasa de secado es muy importante, para no tener que dejar los maíces en el lote hasta septiembre, como sucede en algunos casos. “Nuestro portfolio tiene la tasa de secado más rápida del mercado, con diferencias de varios días y, en algunos casos, hasta de semanas”, comentó Di Matteo.
30/09/2019
Fuente: Dekalb