Atentos a la oruga cogollera para cuidar el rinde del maíz

La oruga cogollera o militar tardía (Spodoptera frugiperda) viene incrementando su densidad poblacional en los últimos años en Argentina, con creciente impacto sobre los rendimientos en el cultivo de maíz. De esta forma, se convirtió en una de las principales plagas que afectan al cultivo.

De acuerdo a evaluaciones agronómicas de los últimos años, la mayor presión de ataque de este insecto sobre los híbridos se debe a una combinación de condiciones, entre las que se destacan el corrimiento de la fecha de siembra hacia instancias más tardías en varias zonas.

Puntualmente, los daños más importantes de esta oruga se producen en los primeros estadíos vegetativos del maíz, en hojas y brotes tiernos, aunque también se registran en instancias más avanzadas sobre la panoja del cereal y la parte baja y media de la espiga.

Los daños más importantes de esta plaga se producen en hojas y brotes tiernos del maíz.

Para el manejo integrado exitoso de la Spodoptera, es crucial tomar decisiones a tiempo, antes de que el insecto “se proteja” dentro del cogollo o se introduzca dentro de la espiga. Sin embargo, tan importante como el momento de control es el producto y la dosis del mismo. Un diagnóstico adecuado, basado en el seguimiento de captura de adultos en trampas de luz o de feromonas, más las recorridas habituales por el lote, cada 5 o 7 días, son clave. La valoración de los daños que provoca este insecto se hace mediante la “Escala de Davis”, reglada entre 0 y 9, desde “sin daño” hasta “daños intensos”. El umbral es cuando el 10-20% llega a Escala 3 de Davis, con orugas vivas.

Es importante pensar en un manejo integrado de plagas (MIP). Entre las recomendaciones principales para maíz están: rotación de cultivos, control de insectos en los rastrojos y hospederos alternativos, la práctica de refugios, uso de curasemillas, monitoreo, aplicación de insecticidas, respetar la ventana de aplicación de los insecticidas y rotar los ingredientes activos.

Cuando de acción químico se trata, BELT, logra un efectivo control de la plaga, con inmediata detención del daño a las dos horas post aplicación. Asimismo, esta diamida controla todas las orugas y tamaños, respetando la fauna benéfica. BELT, debe aplicarse cuando se detecte entre un 10 a 20% de plantas con daño en Escala de Davis 3 y haya presente larvas vivas.

Es importante saber que el crecimiento de la oruga se produce muy rápido, por la gran velocidad con la que se va alimentando de las plantas y aumentando de tamaño.

Otra de las ventajas de BELT es su persistencia química con todas las dosis, hasta 28 días luego de la aplicación, lo que demuestra su eficacia. Asimismo, su control supera el 80% cuando el tratamiento se realiza con una baja incidencia de la plaga (menor al 10%).

Por otra parte, en el caso de híbridos convencionales y alta población de la oruga, se aconseja continuar con el monitoreo luego de la aplicación, dado que, si ocurren reinfecciones, habrá que analizar la factibilidad de reaplicar.

Como su nombre vulgar lo indica, la oruga militar avanza como un ejército, atacando fuertemente las plantas de maíz. Por eso, las estrategias de detención, a tiempo y coordinadas, son fundamentales.

16/01/2019